Sus ojos lagañosos lograron abrirse después de un productivo sueño. Los rayos de luz no entraban a la pieza por lo que decidió, con el primer esfuerzo del día, abrir la cortina levemente.
Al hacerlo, aprovechó de hacer lo mismo con la ventana (su olfato le hacia comprender que su habitación apestaba).
Su oído, en este momento, captó una trifulca en la casa vecina, "La hüeá rara"–pensó aún medio dormido– "Recién son las 8 de la mañana". Sin mas preámbulos, comenzó a oír detenidamente lo que ocurría:
- ¡Pero si eso le va a servir!– decía el primer hombre, al parecer, un poco mas viejo.
- ¡Pero yo no quiero eso!– le respondía airadamente el otro desconocido personaje.
- A ver... pero yo se lo puedo arreglar... por 50 mil pesos.
- ¿¡Uste' está loco Don Andrés!?– fue lo último que oyó hasta que una lluvia de golpes y forcejeos se escucharon.
Era desconocido para este individuo si "Don Andrés" iba ganando la pelea o su vecino, por lo que decidió salir a su patio con lo que tenia puesto. Colocó la escalera cerca de la pared y subió hasta quedar casi de pie sobre ella, lo que le permitió tener un panorama claro de la situación. Decepcionado, observó la escena.
Su vecino, que tanto respetaba, era follado por Don Andrés a tal punto de que sus ojos estaban totalmente fuera de sus cuencas. Ni siquiera el apretado pantalón de pitillo de su vecino fue impedimento para que el añejo miembro de Don Andrés lo atravesará de par en par.
Consternado, el sujeto comenzó a bajar la escalera sin antes vomitar el patio de su vecino, "Preferiría despertar viendo esto que tener que levantarme a las 8 para ir a clases"– pensó el somnoliento amigo.