jueves, 7 de octubre de 2021

Mientras esté yo; mientras estés tu.

 ¿Cuál es el verdadero valor del amor?

¿Aquél que dura 30 años y solo es separado por la muerte junto a un último “te amo”?

¿O es igual de válido que el “amor” que comienza un mes después de haber tenido otro “amor”?

¿No es el tiempo la medida idónea para la intensidad de nuestros sentimientos?

¿No son las emociones válidas por muy superfluas que sean?

¿No te cansa amar a diestra y siniestra para luego ver tus manos vacías?

¿Qué es un hipotético corazón roto al lado de una tangible alma seca?

¿Hay un deseo real si se deshace y nace como si nada?

 No hay un verdadero valor.

Escupe al suelo. Maldice unos garabatos. Quítate el polvo. Sécate las lágrimas. Aprieta el puño. Súbele a la música. Ajusta tus audífonos. Grita al horizonte. Escúchate…

Y lo bebes, tal cual ese botellón de 2.500 que acabaste por ti mismo en tres horas, sentado en la línea del tren.




Continúas.