¿Cuál es el verdadero valor del amor?
¿Aquél
que dura 30 años y solo es separado por la muerte junto a un último “te amo”?
¿O es
igual de válido que el “amor” que comienza un mes después de haber tenido otro “amor”?
¿No es
el tiempo la medida idónea para la intensidad de nuestros sentimientos?
¿No son
las emociones válidas por muy superfluas que sean?
¿No te
cansa amar a diestra y siniestra para luego ver tus manos vacías?
¿Qué es
un hipotético corazón roto al lado de una tangible alma seca?
¿Hay un
deseo real si se deshace y nace como si nada?
Escupe al
suelo. Maldice unos garabatos. Quítate el polvo. Sécate las lágrimas. Aprieta
el puño. Súbele a la música. Ajusta tus audífonos. Grita al horizonte.
Escúchate…
Y lo
bebes, tal cual ese botellón de 2.500 que acabaste por ti mismo en tres horas,
sentado en la línea del tren.
Continúas.