Todos a nuestro alrededor estaban con los ojos desorbitados, saltando y gritando por la banda que estaba tocando en el escenario. La polera me la había manchado con copete y ni siquiera había sido yo; algún idiota estaba rociando todas las latas que pillaba a medio tomar.
Cuando pude ver quién era me acerqué de inmediato por detrás, el alcohol se me había subido a la cabeza y no tenía intenciones de detenerme. Pasé entre un montón de gente hasta que me di cuenta: era una mujer.- ¡Kuky!– Le grité tocándole el hombro.
- ¡¿Qué hüeá?!– La Kuky tenía la mirada desorbitada, las pupilas dilatadas y la cara con un evidente bronceado de cantina– ¡Buena, Elliot!
- ¡¿Tu estai' tirando cerveza?!– Le dije mientras se formaba un peligroso mocheo en medio de la cancha. Los empujones nos sacaron de inmediato de allí, mientras veía que de algún lugar la Kuky extrajo una enorme botella de Vodka.
- No quiero mas chela, loco. ¡¿Acompáñame a mear?!– La multitud estaba enardecida. Algunas palmeras comenzaron a incendiarse, otros idiotas lanzaron cosas al escenario y la gente estaba gritando. Todos corrían hacia el escenario, ignorando completamente mi ridícula forma de cubrir a la Kuky. Sosteniendo la botella de vodka con mi mano, la Kuky se afirmaba de mi correa para poder inclinarse y vaciar su vejiga.
Quizá era por el copete, pero sentía como si fuese un apocalipsis zombie; como si la Kuky y yo eramos los últimos sobrevivientes y debía protegerla porque ella tenía la cura: la tibia botella de Vodka Eristoff. La orina era tanta, que gracias a la maldita gravedad esta comenzó a mojar mis zapatillas.
Cuando pude ver quién era me acerqué de inmediato por detrás, el alcohol se me había subido a la cabeza y no tenía intenciones de detenerme. Pasé entre un montón de gente hasta que me di cuenta: era una mujer.- ¡Kuky!– Le grité tocándole el hombro.
- ¡¿Qué hüeá?!– La Kuky tenía la mirada desorbitada, las pupilas dilatadas y la cara con un evidente bronceado de cantina– ¡Buena, Elliot!
- ¡¿Tu estai' tirando cerveza?!– Le dije mientras se formaba un peligroso mocheo en medio de la cancha. Los empujones nos sacaron de inmediato de allí, mientras veía que de algún lugar la Kuky extrajo una enorme botella de Vodka.
- No quiero mas chela, loco. ¡¿Acompáñame a mear?!– La multitud estaba enardecida. Algunas palmeras comenzaron a incendiarse, otros idiotas lanzaron cosas al escenario y la gente estaba gritando. Todos corrían hacia el escenario, ignorando completamente mi ridícula forma de cubrir a la Kuky. Sosteniendo la botella de vodka con mi mano, la Kuky se afirmaba de mi correa para poder inclinarse y vaciar su vejiga.
Quizá era por el copete, pero sentía como si fuese un apocalipsis zombie; como si la Kuky y yo eramos los últimos sobrevivientes y debía protegerla porque ella tenía la cura: la tibia botella de Vodka Eristoff. La orina era tanta, que gracias a la maldita gravedad esta comenzó a mojar mis zapatillas.
- ¿¡Terminaste!?– Le gritaba a la Kuky mientras mas y mas gente iba corriendo hacia allá.
- Espera, es que... Me voy a dar vuelta el calzón. Parece que lo manché, hüeón– No supe como reaccionar a eso, por lo que tan solo apreté la botella con mas fuerza y decisión que nunca– Listo, amigo, ¡corramos, hüeón!
- Espera, es que... Me voy a dar vuelta el calzón. Parece que lo manché, hüeón– No supe como reaccionar a eso, por lo que tan solo apreté la botella con mas fuerza y decisión que nunca– Listo, amigo, ¡corramos, hüeón!