Quemar
todo lo que te importe.
Todo lo que alguna vez fue significante para
ti.
Tus trabajos, tu arte, tus obras: déjalo arder.
Y cuando mires las
flamas, inhala profundo.
Así huele burlar a la eternidad.
No tendrán
donde atraparte.
No tendrán de donde agarrarte.
No tendrán de donde
entenderte.
Ni en el paso del tiempo o el final de todo.
Ser insípido y
efímero.
Convertirse en la mas inexistente ceniza.
Es la libertad, el
despojo total.
Menos que el menos de cero.
Solo ahí temblaré, más suave
que las sombras.