Cuando me había dado cuenta, ya era muy tarde. La había invitado y no tenia ni plata. No había podido trabajar, los ahorros los gasté en cualquier porqueria y para joderla aún mas, el water se había tapado, ¡tenía que conseguirme un sopapo en menos de una hora antes de que llegara la mina!
Fui al refrigerador para observar la verdad ya sabida. Tenia una salsa de soja vencida desde hace mas de un año y una mitad de un pimentón llena de hongos, enserio, era todo lo que tenía. En la parte de arriba, mucho hielo y un pote congelado que tenia un contenido bastante dudoso.
Sudé hasta el ano, se me rompieron algunas cosas, boté un montón de basura pero lo logré. A la medianoche en punto había logrado lo que parecía imposible, La Casa estaba limpia una vez más.
"¡Chucha! ¡Verdá' que no tenia que limpiarla! ¡Ahüeonao! ¡Tenía que comprar alguna cagá pa' pelarme!", exclamé a la nada cuando el sonido del pele me llama al celular, era ella. "Hola, no podré ir, me invitaron a unos monos a la plaza ;)". Me quedé mirando el cel un largo rato, mientras en mi otra mano sostenia la escoba, apretando el puño con una ira descomunal.
- Amor, ¿cuando te vas a venir a acostar? Deja de limpiar La Casa un rato, porfa'– era mi polola, quién me hablaba desde la pieza.
- Pero es que mañana es 14 de Febrero, cariño. Tenía que ordenar la casa pal' regalo– le dije con mi tono mas lastimero posible, de verdad me sentia lateado. Mi polola salió de la pieza de inmediato, asomando su exquisita figura por la puerta mientras usaba una de mis poleras.
- ¿Que me ibai' a regalar, Elliot?– preguntaba emocionada mientras que me acercaba a ella y la tomaba de su cadera, apretándola contra mi.
- Un trío, un trío de los enamorados.
- ¡Ay! ¡Elliot, qué lindo! ¡Deja llamar a unas amigas!– en ese momento pensé dos cosas: esto es un puto sueño donde soy el culiao' con mas suerte de la galaxia y, donde rechucha compro un sopapo a esta hora; legal, tenia que limpiar ese rancio water si es que el dia de San Valentín iba a ser así de cuático.
Fui al refrigerador para observar la verdad ya sabida. Tenia una salsa de soja vencida desde hace mas de un año y una mitad de un pimentón llena de hongos, enserio, era todo lo que tenía. En la parte de arriba, mucho hielo y un pote congelado que tenia un contenido bastante dudoso.
Sudé hasta el ano, se me rompieron algunas cosas, boté un montón de basura pero lo logré. A la medianoche en punto había logrado lo que parecía imposible, La Casa estaba limpia una vez más.
"¡Chucha! ¡Verdá' que no tenia que limpiarla! ¡Ahüeonao! ¡Tenía que comprar alguna cagá pa' pelarme!", exclamé a la nada cuando el sonido del pele me llama al celular, era ella. "Hola, no podré ir, me invitaron a unos monos a la plaza ;)". Me quedé mirando el cel un largo rato, mientras en mi otra mano sostenia la escoba, apretando el puño con una ira descomunal.
- Amor, ¿cuando te vas a venir a acostar? Deja de limpiar La Casa un rato, porfa'– era mi polola, quién me hablaba desde la pieza.
- Pero es que mañana es 14 de Febrero, cariño. Tenía que ordenar la casa pal' regalo– le dije con mi tono mas lastimero posible, de verdad me sentia lateado. Mi polola salió de la pieza de inmediato, asomando su exquisita figura por la puerta mientras usaba una de mis poleras.
- ¿Que me ibai' a regalar, Elliot?– preguntaba emocionada mientras que me acercaba a ella y la tomaba de su cadera, apretándola contra mi.
- Un trío, un trío de los enamorados.
- ¡Ay! ¡Elliot, qué lindo! ¡Deja llamar a unas amigas!– en ese momento pensé dos cosas: esto es un puto sueño donde soy el culiao' con mas suerte de la galaxia y, donde rechucha compro un sopapo a esta hora; legal, tenia que limpiar ese rancio water si es que el dia de San Valentín iba a ser así de cuático.