Bienaventurados los dignos de las nubes
que se han cobijado en manantiales plomos
donde los cilindros huecos retumban en el frío
se siente esa inmensidad de humaredas
aire cálido, el áspero suelo
corre entre las manos, vuelve a nacer
¿tu cara esta helada?
lo tapa con los brazos
se aleja de ellos
se vuelve a ocultar
"chúpala" le dice desde lejos
entonces, he ahí, donde encuentro mis 200 pesos
"Mirad! estaban al lado del encendedor!"
y así fue, mientras golpeaba contra el suelo toda su humanidad.